AMOR MÁRCHATE YA

Tal vez algún día entenderás cuanto te amaba
lo que te entregue y sin medida te di,
mis labios, mis besos, mi alma
todo mi mundo giraba en torno a ti.

A pesar del dolor y de las cosas que te dije
en mi corazón jamas hubo odio hacia ti,
en lugar de eso, el amor fue en aumento
y sin medida yo fui cayendo;
de nuevo en tus dulces labios
en ti mirar, tu cabello
volví a besar lentamente tu cuello.

Mis amigos me dicen que es capricho
que te deje y que te olvide,
pero dime que hago si el corazón es quien decide.

Tu dijiste alguna vez que nuestro amor seria eterno
que tendríamos un familia
como la de los cuentos,
con una casa grande y un jardín inmenso.
Que corriendo en el estaría Tsumugi
la razón de tanto sacrificio, de tanto lamento
dime porque me contaste un cuento
si jamas pasaría, si jamas me la darías
si todo lo que dijiste solo eran palabras vacías.

SUEÑO DESPIERTO

Yo sueño con los ojos
Abiertos, y de día
Y noche siempre sueño.
Y sobre las espumas
Del ancho mar revuelto,
Y por entre las crespas
Arenas del desierto
Y del león pujante,
Monarca de mi pecho,
Montado alegremente
Sobre el sumiso cuello,?
Un niño que me llama
Flotando siempre veo!

José Martí


YARAVÍ VII

¿Con que al fin tirano dueño,
Tanto amor, amores tantos,
Tantas fatigas,
No han conseguido en tu pecho
Más premio que un duro golpe
De tiranía?

Tú me intimas que no te ame
Diciendo que no me quieres
Ay, vida mía,
Y que una ley tan tirana
Tenga de observar, perdiendo,
Mi triste vida!

Yo procuraré olvidarte
Y moriré bajo el peso
De mis desdichas.
Pero no pienses que el Cielo
Deje de hacerte sentir
Sus justas iras

Muerto yo tu llorarás
El error de haber perdido
una alma fina.
Y aún muerto sabrá vengarse
Este mísero viviente
Que hoy tiranizas.

A todas horas mi sombra
Llenará de mil horrores
Tu fantasía
Y acabará con tus gustos
El melancólico espectro
De mis cenizas.

Mariano Melgar


ESPERO CURARME DE TI


Espero curarme de ti en unos días. Debo dejar de fumarte, de beberte, de pensarte. Es posible. Siguiendo las prescripciones de la moral en turno. Me receto tiempo, abstinencia, soledad.

¿Te parece bien que te quiera nada más una semana? No es mucho, ni es poco, es bastante. En una semana se puede reunir todas las palabras de amor que se han pronunciado sobre la tierra y se les puede prender fuego. Te voy a calentar con esa hoguera del amor quemado. Y también el silencio. Porque las mejores palabras del amor están entre dos gentes que no se dicen nada.

Hay que quemar también ese otro lenguaje lateral y subversivo del que ama. (Tú sabes cómo te digo que te quiero cuando digo: «qué calor hace», «dame agua», «¿sabes manejar?», «se hizo de noche»... Entre las gentes, a un lado de tus gentes y las mías, te he dicho «ya es tarde», y tú sabías que decía «te quiero»).

Una semana más para reunir todo el amor del tiempo. Para dártelo. Para que hagas con él lo que quieras: guardarlo, acariciarlo, tirarlo a la basura. No sirve, es cierto. Sólo quiero una semana para entender las cosas. Porque esto es muy parecido a estar saliendo de un manicomio para entrar a un panteón.

Jaime Sabines


CROSSING A LINE


I got demons inside me
So i'm face with a choice
Either try to ignore them 
Or i give them a voice.

Mike Shinoda


MIENTRAS EL LOBO ESTÁ


Junto a la blanca pared que separa el mundo
de los locos del mundo de los cuerdos
corre una avenida. Y al frente otra pared
(también blanca) que separa a los huérfanos
del mundo de los que se criaron con papá
y mamá. Siempre supe cuál era mi mundo,
pero al recorrer esa avenida pienso
en la fragilidad de esa separación,
por lo demás tan metafórica. Mi padre
murió hace siete años, pero el recuerdo
todavía me persigue. Todo
por un comentario casual de mi madre.
Nunca supe cuál era su mundo, no sé
si podría describirlo. La extraña
arquitectura art nouveau, pabellones
elegantes comidos por la niebla, jardines
raquíticos con sabor a sal. Los niños
a un lado, las niñas a otro. Y el invisible
mar reventado en el desfiladero.
Detrás de una columna veo a un niño.
No se anima a acercarse, sólo aprieta
los puños y mira jugar a la ronda
mientras el lobo está.

Eduardo Chirinos 


LA NIÑA DE LA LÁMPARA AZUL

En el pasadizo nebuloso
cual mágico sueño de Estambul,
su perfil presenta destelloso
la niña de la lámpara azul.

Ágil y risueña se insinúa,
y su llama seductora brilla,
tiembla en su cabello la garúa
de la playa de la maravilla.


Con voz infantil y melodiosa
con fresco aroma de abedul,
habla de una vida milagrosa
la niña de la lámpara azul.


Con cálidos ojos de dulzura
y besos de amor matutino,
me ofrece la bella criatura
un mágico y celeste camino.


De encantación en un derroche,
hiende leda, vaporoso tul;
y me guía a través de la noche
la niña de la lámpara azul.

José María Eguren 

SIEMPRE

Nada es para siempre:
el café, se enfría,
el cigarro se apaga, 
el tiempo pasa y 
las personas cambian. 



CUANDO TENGAS GANAS DE MORIRTE

Cuando tengas ganas de morirte
esconde la cabeza bajo la almohada
y cuenta cuatro mil borregos.

Quédate dos días sin comer
y verás qué hermosa es la vida:
carne, frijoles, pan.

Quédate sin mujer: verás.
Cuando tengas ganas de morirte
no alborotes tanto: muérete y ya.

Jaime Sabines



¡ADIÓS!


Las cosas que mueren jamás resucitan,
las cosas que mueren no tornan jamás.
¡Se quiebran los vasos y el vidrio que queda
es polvo por siempre y por siempre será!

Cuando los capullos caen de la rama
dos veces seguidas no florecerán…
¡Las flores tronchadas por el viento impío
se agotan por siempre, por siempre jamás!

¡Los días que fueron, los días perdidos,
los días inertes ya no volverán!
¡Qué tristes las horas que se desgranaron
bajo el aletazo de la soledad!

¡Qué tristes las sombras, las sombras nefastas,
las sombras creadas por nuestra maldad!
¡Oh, las cosas idas, las cosas marchitas,
las cosas celestes que así se nos van!

¡Corazón… silencia!… ¡Cúbrete de llagas!…
-de llagas infectas- ¡cúbrete de mal!…
¡Que todo el que llegue se muera al tocarte,
corazón maldito que inquietas mi afán!

¡Adiós para siempre mis dulzuras todas!
¡Adiós mi alegría llena de bondad!
¡Oh, las cosas muertas, las cosas marchitas,
las cosas celestes que no vuelven más!…


Alfonsina Storni




EL CÍRCULO DEL TERROR: CRÓNICA NEGRA DEL ‘BLACK METAL’ NORUEGO

No se llama al rock la música del diablo por casualidad. Imaginería y lírica han acompañado al carácter supuestamente revolucionario de una música que, junto a su sonido más o menos duro, ha tendido a ser asociada frecuentemente con el averno. Desde Robert Johnson vendiendo su alma bluesy en un cruce de caminos, hasta las autodenominadas Satánicas Majestades, pasando por los coqueteos con la magia negra de Led Zeppelin o las invocaciones al número de la bestia de Iron Maiden, el mundo del rock se ha vanagloriado de sus relaciones fáusticas o ha sido acusado de tenerlas. Simpathy for the Devil. Sin embargo, ningún caso fue tan lejos como el del Inner Circle noruego: la historia negra del Black Metal que conmocionó al mundo. 

La música del diablo: de Estados Unidos a la fría y oscura Europa 

América: tierra de sueños y… ¿pesadillas? En el contexto del rock oscuro, ocupan un lugar especial los artistas estadounidenses, epítome de cómo la mercadotecnia y el showbusiness han empaquetado las tinieblas con guitarras para ser vendidas a todos los públicos. Ahí tenemos a Ozzy Ousbourne, inglés de nacimiento pero tan absorbido por el american way of life que ha televisado su vida de payasete diabólico demostrando su afirmación de que siempre ha estado más interesado en lo espirituoso (alcohol y drogas) que en el espiritismo. También está Alice Cooper, icono esencial de la opereta roquera de lo oscuro, pero cuya puesta en escena asusta menos que uno de los muñequitos de plastilina de Tim Burton. Y tenemos a Marilyn Manson. Parémonos unas líneas en él, el autodenominado The God Of Fuck, ahí es nada. Cuentas catorce años, empiezas a escuchar rock y el tío te parece la hostia: canta sobre lo marginal, lo feo y lo perverso, entremezcla en sus letras todo tipo de filosofías en contra de lo establecido (nihilismo, satanismo…), y grita, que es algo que cuando estás forjando tu personalidad siempre gusta. Y además azota a gruppies en el backstage, se limpia el culo con la bandera de los EE. UU. y va disfrazado de la niña Medeiros. Pero luego rascas un poco y compruebas que la terrible y siniestra historia que tiene detrás es la del marginado de clase que un día pilló a su abuelo machacándosela con fotos de animales. Nada con lo que no pueda identificarse cualquier seguidor de Lady Gaga. Y entonces te das cuenta de que todo esto de los sonidos del diablo en Norteamérica es un poco de mentirijilla y que para adentrarte en sendas verdaderamente oscuras tienes que trasladarte a otras latitudes. 

Y cruzas el charco. Porque en estas cosas los que van en serio son los europeos. Concretamente los escandinavos. Y especialmente los noruegos, que siempre han sido los raros del norte. Si no es casualidad que el movimiento goth de finales de los setenta surgiese en la lluviosa Inglaterra, entre chavales atormentados de los suburbios industriales, tampoco lo es que los acomodados y existencialmente aburridos nórdicos llevasen los sonidos oscuros y duros a su máxima expresión. Estamos hablando de unos países (Noruega, Suecia, Finlandia…) en los que el clima extremo y sus peculiaridades socioculturales derivadas del mismo van asociados indisolublemente a un espíritu de lánguida melancolía que tiene como salida recurrente la música. Si eres un crío de diecisiete años en Benidorm, posiblemente tus inquietudes ociosas te hagan pasarte la mitad del año tostándote al sol. Si eres un chaval de Oslo y tienes por delante un invierno que deja en ola de frío polar pasajera el de Ivernalia, quizá la mejor forma de evitar suicidarte sea juntarte con unos colegas, tomar unas birras y formar un grupo. Lo de los rollos satánicos ya vendrá después. 

Porque sí, historias malrolleras en el mundo del rock las hay, y muchas. Y en todo tipo de geografías. Algunas relacionadas con el ocultismo, algunas directamente consecuencia de ingestas industriales de sustancias ilegales, cuando no del mongolismo típico del This is Spinal Tap. Pero ninguna como la que envuelve al Inner Circle noruego. A esa peña la cosa se le fue de las manos. 

El black metal y los nombres de la bestia 

Aclaración rápida: en el mundo del rock, y por extensión en el del metal (dicho así, con ligereza, en genérico), hay tantas etiquetas como a uno se le ocurran. Solo hace falta añadir una coletilla mínimamente explicatoria y la cosa cuela: goth-rock, pop-rock, punk-rock, metal industrial, doom-metal, death-metal… y así hasta el infinito y más allá. En el caso que nos ocupa, hay que pararse en el denominado black metal, que traducido literalmente sería ‘metal negro’, lo que nos deja meridianamente claro que no se trata de cantar sobre unicornios de colores en nubes de gominola. Hablamos de asuntos turbios. 

Un resumen digno de Wikipedia vendría a decir que el black metal es un subgénero extremo del heavy metal surgido a mediados de los años ochenta, caracterizado por voces guturales (graves y agudas), guitarras oscuras y espídicas, ritmos muy veloces y temáticas poco amistosas como el satanismo, el paganismo, el anticatolicismo o la misantropía. Como casi cualquier cosa que merezca la pena en la música, el género surgió en Gran Bretaña, tomando como fecha simbólica 1982, año en el que grupo Venom titulaba de tal manera a su segundo álbum. De ahí saltaría a otras tierras y en la Europa del norte encontraría un territorio especialmente fértil donde germinar. 

Un inciso necesario: los nombres. Los nombres nos identifican y nos dan entidad. Dime tu nombre y te diré quién eres. Hay pocos grupos guays con nombres cutres. El mundo del rock, salvo excepciones, se ha movido con acierto en estos menesteres. Y en lo que se refiere a los sonidos oscuros, la cosa se refina mucho más: Black Sabbath, My Dying Bride, Cradle of Filth… grupos con esos nombres tienen un plus de molonidad. También es verdad que, en estos aspectos, la sonoridad, el aldeanismo español y nuestra castellanoparlante ignorancia general del inglés hacen mucho. No son lo mismo unos tíos de Móstoles que se llaman Entrelazados, que unos fulanos fineses que se llaman Entwine. Ni punto de comparación. Pero además, si añadimos a la cuestión que los grupos góticos españoles han sido siempre lo suficientemente autoparódicos como para no tomarse demasiado en serio, la comparativa se vuelve directamente sonrojante: frente a los infinitamente molones Sisters of Mercy, Bauhaus o The Damned británicos, nosotros tenemos los vergonzantes Kante pinrélico, Los paralítikos, o Qloaca Letal. Cervantes se debe de estar revolviendo en su tumba ahora mismo. Y Bécquer, más aún. 

Pero es que, en lo referido a los nombres, los escandinavos le suman a su habitual conocimiento fluido del inglés, el misticismo propio de las lenguas nórdicas. Y los resultados son poderosamente convincentes. Para empezar, el gran movimiento blackmetalero nórdico fue autodenominado por sus integrantes noruegos con un término en inglés contundentemente interesante: el Inner Circle (círculo interior). Comparémoslo con la movida madrileña y miremos para otro lado. Pero la cosa no se queda ahí: sus principales integrantes fueron bandas con nombres anglosajones o patrios tan sugerentes como Gorgoroth, Emperor o Burzum, que, aunque no tengamos ni idea de lo que significan, suenan lo suficientemente bien como para tomárnoslos en serio. Además, van a articularse todos ellos en base a un punto neurálgico de nombre imbatible, Helvete (Infierno en noruego), tienda musical dirigida por uno de los músicos del Inner Circle, Oystein Aarseth, guitarrista de Mayhem, que por si su nombre no era lo suficiente llamativo de por sí, usaba como apodo Euronymous (demonio de la mitología griega), reduciendo a mote cutre de extrarradio el Marilyn Manson de Brian Hugh Wagner. Vamos, que era peña que jugaba en otra liga. 

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NOTHING ON YOU

Beautiful girls all over the world
I could be chasing but my time would be wasted
They got nothin' on you baby
Nothin' on you baby

BoB feat. Bruno Mars